Coulibri Ridge, en Dominica, abrió sus puertas el 22 de octubre de este año tras 20 años de planificación y los retrasos provocados por un huracán y una pandemia.
La sostenibilidad será la palabra clave en este lujoso complejo de 14 habitaciones y 285 acres. Pretende ser autosuficiente utilizando energía solar, filtrando el agua de lluvia y cultivando gran parte de sus propios productos. El exterior del complejo está hecho de piedra cincelada a mano procedente de la propiedad, y las zonas comunes y las suites incorporan madera de teca reciclada.
También ofrecerá dos piscinas infinitas, un gimnasio, un pabellón de yoga, instalaciones de spa para tratamientos privados, wifi gratuito, dos salas de juntas y dos comedores. Los terrenos también contienen jardines tropicales, un huerto y ruinas de una finca del siglo XVIII.
Las suites de Coulibri incluyen estudios de 600 pies cuadrados, lofts de 950 pies cuadrados y áticos de 1.000 pies cuadrados, tres de los cuales tienen piscinas infinitas privadas. Todas tienen al menos una terraza.
Coulibri es una idea del empresario de software Daniel Langlois, nacido en Quebec, cuyo interés por las prácticas sostenibles y la construcción ecológica le llevó a construir el complejo. Langlois y su socio Dominique Marchand visitaron Dominica por primera vez en el 1997, y al año siguiente empezaron a diseñar y planificar la renovación de una casa de huéspedes y dos cabañas, con el objetivo de construir alojamientos autosuficientes y ecológicos.
Las tarifas comienzan en 700 dólares por noche, en base a una ocupación doble. El complejo tiene una estancia mínima de cuatro noches con el fin de planificar recursos como la electricidad y el agua por unidad.
Yuniet Blanco Salas
